Los cactus están de moda ¡y se lo merecen! Para empezar, son unas plantas muy nobles que sobreviven en cualquier clima. Además, según muchas tradiciones, purifican el aire y despojan los ambientes de las malas vibras. Para saber más sobre las propiedadedes de estas especies conversamos con Max Lüebert de Cautivo Cactus Design.

“Estoy convencido de que las espinas de los cactus son un símbolo de alegría. Son matas capaces de vivir en los lugares más áridos del mundo. Y, sin embargo, sus hojas, su tallo y sus mismas raíces son una reserva de agua y vida”, afirma Max Lübert, quien heredó el amor por estas plantas de su abuela y de una tía que las coleccionaba.

En estos años dedicado a cultivar distintas especies y variantes de cactus, las que vende en sus característicos maceteros de greda pintados a mano, ha comprobado el poder energético de estas especies. “Purifican el aire y remueven las ondas magnéticas que perjudican al ser humano. Y aportan serenidad, buenas vibras y mucha buena energía", comenta.

Muchas son las culturas, tradiciones y filosofías que utilizan a los cactus para algún fin. Las culturas andinas usaban “cactus sagrados” en sus rituales chamánicos. Uno de los mas conocidos es el cactus de San Pedro. Estas ceremonias siguen siendo una tradición viva en el norte de Perú.

Otro de los cactus más populares es el peyote o “cactus alucinógeno”, utilizado por los chamanes especialmente para vivencias lúcidas al aire libre, donde la conciencia contemplativa se expande. En la Biblia, los cactus son símbolo de protección. En Oriente, remiten a la paz y a la fuerza: regalar un cactus es desearle fortaleza a alguien.

Según el Feng Shui, los cactus te liberan de las energías que despiden tus visitantes, de los electrodomésticos y de los que conviven en la casa, pues promueven el movimiento de las energías estancadas. Eso sí, no se recomienda ponerlos en una zona de tránsito, sino que es mejor optar por las zonas abiertas, como las terrazas, balcones, junto a una ventana o en cualquier rincón del hogar, evitando los pasillos y escaleras.

Para Max Lüebert, el mundo de los cactus es infinito. “Hay más de 1.700 especies distintas. Más aún, cada planta tiene su propia personalidad. Basta con mirar de cerca dos cactus salidos de la misma madre para darse cuenta de que todo varía en cada uno de ellos: la forma y el grosor del tallo, el color y, sobre todo, las espinas. Por eso, yo no me canso de ellos", concluye.

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