A través de su papá llegó a la idea de crear piezas decorativas en concreto, naciendo así su marca Deconcreto, emprendimiento en el que también participa su hermano.
Fernando estudió ingeniería en informática, carrera en la que se desempeña como profesional independiente, pero siempre tuvo la inquietud de emprender. "Mi padre, ingeniero civil con experiencia en el rubro del concreto, visitó una feria importante de este material y le llamó la atención la versatilidad del concreto aplicado a la decoración. Nos comentó esto y con mi hermano Claudio nos interesamos y empezamos a investigar y a ensayar (y errar)", cuenta Fernando.
Eso fue en el 2015. Siguieron probando hasta que, en noviembre de este año, comenzaron a comercializar algunos productos. "Quisimos partir con maceteros para las suculentas o cactus, con textura de tronco pero en concreto, con algunas variaciones de colores y tamaños. Estamos contentos porque han tenido buena acogida y logramos nuestro objetivo de sorprender. Ese es nuestro principal desafío: impresionar con creaciones originales y diferentes a lo que se encuentra en el mercado chileno", detalla Fernando.
Tienen otros productos como portavelas y figuras de animales en concreto y varios proyectos en mente, como una línea de mesas de centro. Fernando dice que "nos proyectamos como una empresa innovadora que seguirá creando productos originales orientados a la decoración del hogar. El concreto da para lograr creaciones rústicas pero elegantes a la vez, modernas y clásicas... Da para todos los gustos, ¡es un material sin limitaciones!"
Fernando agrega que el concreto tiene una vida útil prácticamente eterna: "El agua y el sol no le afectan como a otros materiales, por lo que los productos Deconcreto son ideales para jardines, terrazas y el exterior en general". Sobre el proceso de creación, dice que los productos nacen de inspiraciones en otros países y también de los comentarios de sus clientes: "Eso de
que ellos siempre tienen la razón es verdad, siempre estamos atentos a ellos".
